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TRANSGRANCANARIA 125K / 2015 – ANTON KRUPICKA

Es curioso, que en realidad todo fue casi tan bien como yo podría haber esperado siendo realista. TGC había estado en mi lista de carreras pendientes desde hacía un par de años. Las descripciones de los amigos me intrigaban, encontré atractivos esos desniveles en el circuito: un circuito que atraviesa toda la isla y sus características geográficas (toda la isla!), viajar a un país extranjero, a una competición de primer nivel, una carrera larga pero aun así sub 100-millas. Sin embargo, apenas pude hacer el viaje debido a que una persistente punzada en la espinilla me dejó lamentablemente muy mal preparado para tantos kilómetros y con la temporada recién comenzando. Aun así, cuando mi espinilla mostró signos de mejoras dos semanas antes del día de la carrera, puse mi fe en mis constantes entrenos en cuestas con los esquíes durante los últimos dos meses y en varios informes que decían que el circuito era empinado y técnico (es decir, que iba a tener muchos tramos para caminar) y entonces comencé a hacer algunos preparativos de último momento para la carrera.

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-Reportado, 28,000′ de vertical.

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-Mi Suunto Ambit 3 GPS track.

Gran Canaria

Joe y yo tuvimos la suerte de pasar la semana de la carrera con nuestros compañeros de equipo Buff en el campamento de El Garanon, unos bunkers de literas un poco espartanos sólo a unos cientos de metros debajo del punto más alto de la isla – Pico de las Nieves (1938m). Este campamento sería el avituallamiento del kilómetro 82 durante la carrera y el impulso a la última subida importante de la carrera antes de la bajada maratoniana de camino de regreso hasta acabar en la playa en Maspalomas.

Pasar los días allí arriba nos dio un sabor por el no-resort en comunidades y la cultura de la isla, que mejoró significativamente nuestra opinión del lugar y nos dejó con una buena mentalidad de cara a la carrera. Los alojamientos oficiales y la línea de llegada componen una abominación de hoteles corporativos, sin alma aparente, frecuentados aplastantemente por turistas, interesados solamente en saquear los opulentos buffets, tomar el sol al costado de una piscina, y tal vez, jugar un par de hoyos al golf (en medio de uno de los paisajes más áridos que he visto). Divertido si lo puedes hacer, supongo, pero parece un poco sin sentido viajar hasta esta isla aislada simplemente para rodearse de todas las comodidades materiales imaginables.

Quiero decir, vamos, yo estaba allí para correr una carrera, claramente una actividad física con mayor peso, con sensibilidad geográfica y cultural, y con un propósito y un significado. Verdad?

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Agaete a Artenara (0-33km)

La carrera en sí era notable para mí ya que probablemente nunca haya ido a un evento de tal alta magnitud con tan poca preparación específica, o siquiera, confianza en mi mismo. Mis últimos éxitos en las carreras siempre se han originado a partir de una confianza en mí mismo de manera pragmática basada en lo que pienso es una excesiva y apropiada preparación física. Estas son llamadas “ultra” maratones, después de todo; una “ultra” preparación siempre me pareció necesario. Eso ciertamente no existió aquí. Ni siquiera estaba seguro de que mi cuerpo me permitiera terminar la carrera. De alguna manera, afortunadamente, que eso no resultó ser un problema.

Así que, fui más convencido que nunca de que un comienzo conservador sería el único plan racional de la carrera. Si esa era la intención, no estoy seguro de haberlo logrado-No creo que nunca me había sentido significativamente fatigado muscularmente tan temprano en una carrera- pero a pesar de lo que parecían manifestaciones molestias en el esfuerzo y ritmo de los primeros 30 kilómetros nunca llegue a sentirme marcadamente peor y desmoronado (al menos desde el punto de vista musculo-esquelético o calórico) más adelante.

El circuito comienza con una casi inmediata subida de 4000´ desde el muelle en el 8km más o menos, seguido por un par de miles de metros de divertido descenso y otros 2k´+ de ascenso. Estos primeros 30K o menos eran espectaculares, puro trail running. Esta fue una de las pocas secciones del circuito que experimente cercanamente como lo más parecido al tipo de terreno que más disfruto en los entrenamientos – empinado, técnico, cabeza en alto, y por momento sin sendero siquiera.

En el primer ascenso me sorprendí a mí mismo de verme en donde suelo encontrarme usualmente al principio de estas grandes carreras internacionales, es decir, unas cuantas docenas detrás de los lideres pero solo a unos pocos minutos de donde está la acción al frente del pelotón. La buena noticia fue que me sentí mejor de lo que esperaba en el espectacular ascenso en la noche. La mala noticia fue que al llegar a la cima ya me estaba empezando a sentir un poco de tensión en las clavijas. 10km hechos. El entrenamiento simplemente no estaba allí.

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Bueno, el primer descenso fue una increíble. Poco después de comenzar el descenso en lo que sentía era un ritmo razonable, Antoine Guillon salió disparado y me pasó con sus Hokas y la persecución comenzó. Incluso en ese momento sentí que aplicar tanto abuso a mis cuádriceps tan temprano en la carrera era simplemente una estupidez, pero a veces en las carreras dejas que ese fuego competitivo e instintivo se apodere de ti, por lo que me pegue a su espalda – con Gediminas Grinius justo detrás de mí – y lideramos al grupo perseguidor a través de algunas secciones realmente divertidas del circuito (o no-circuito, en ciertas partes).

Muy pronto estábamos en la parte inferior de la colina y en el próximo avituallamiento (Tima, 18km) donde Grinius y yo llegamos y nos fuimos juntos. Él tomo la iniciativa en el ascenso de 2000´saliendo del avituallamiento, pero parecía que una vez que se dio cuenta de que no iba a dejarme atrás frenó un poco su esfuerzo y eventualmente lo alcance y la mayoría de mis perseguidores, trabajando poco a poco logré llegar al top-10 hasta colocarme algo así como 6to o 7mo en el avituallamiento de Artenara en el 33km. Me había tomado 4hs en hacer unas míseras 20 millas o menos – eso debería ser un indicador de la dureza de esta sección de la carrera.

Pau Zamora – team manager de Buff – fue mi entusiasta y apasionado asistente durante toda la noche, así que fue bueno verlo en el avituallamiento, obtener información actualizada del camino por recorrer, y volver al trabajo.

Artenara a Teror (33-56km)

Al poco tiempo de salir de la ciudad alcancé y pasé a Florent Bougin de Quebec – quedando en 5to lugar – y pude ver a Iker y la luz de otro corredor sólo a 2 minutos o más. El circuito durante toda esta sección fue bastante decepcionante para mí. Por un lado, tuve que correr en llano una tonelada de tiempo (mi voz interior me decía algo así como “Bueno, que esperabas? De alguna manera hay que cruzar esta gran isla!”) En gran parte un terreno no técnico, contorneantes caminos y rutas con mínimos cambios de desnivel. Así que sólo me enfoque en intentar correr lo más eficientemente posible sin maltratar a mis piernas, especialmente mi espinilla.

El otro problema (para mí, al menos) fue que me salí del recorrido. Dos veces. Asquerosamente frustrante. La primera vez que sucedió estaba en una explanada, podía ver a dos correr frente a mi sólo a 90 segundos (Imagine que Iker y Yan), y entonces tomé un sendero de cabras señalizado fuera de la calle (justo igual a como lo habíamos hecho varias veces antes), y con el tiempo me di cuenta de que no estaba viendo ninguna señalización o banderas y un aún más frustrado corredor asiático venia corriendo hacia mí, explicándome que ese camino no podía ser el correcto. Para el tiempo en que pudimos volver al camino, al menos cuatro corredores nos habían pasado (incluidos Grinius, nunca más estuve delante de él durante la carrera) y había perdido seis o siete bien ganados minutos.

Ugu. Así son las cosas. Me recordé a mí mismo mantener la calma – éramos sólo cinco en media hora – y las cosas se acomodarían naturalmente durante las próximas millas. Abandone a mi querido compañero perdido y rápidamente alcance a dos corredores – Creo que tal vez Freddy Thevenin and Didrik Hermansen? – y un poco más adelante pasé a Johan Lantz (que aparentemente se rompió la pierna 15-20km mas tarde?!)

Y luego, en otro callejón camino sinuoso, me pasé de la curva otra vez, esta vez continuando hacia abajo por el camino cuando debería haber tomado la curva a la izquierda por el camino de cabras. Estaba marcado perfectamente – me hago cargo de mi error – creo que era esa hora de la noche donde el cerebro se vuelve un poco nublado esperando que salga el sol. Esta vez, el error me costó otros 4-5 minutos, y para cuando finalmente estábamos llegando a Teror, yo lo hice con Johan (quien, junto con Didrik and Antoine Guillon) me había vuelvo a pasar por segunda vez en mi último desvió).

En un punto llegando a la ciudad Johan cojeaba bastante mal, así que no pensaba que sería una amenaza por mucho tiempo más tiempo, y entonces cuando llegamos al avituallamiento, Iker todavía estaba ahí. En mi cabeza, Iker era el número uno de la carrera, así que estaba bastante emocionado de verlo ahí, especialmente dado que estaba seguro de poder apretar el acelerador en el próximo gran ascenso justo fuera de la ciudad.

Teror a Tejeda (56-71km)

Tuve mi primer pequeño bache físico al comienzo de este hermoso, empinado ascenso hasta Talayón. Me comí mi último gel de la carrera en la base de la colina, y luego procedí a ver como Johan simplemente me pasaba marchando cuenta arriba. Jesús, de donde vino eso?

La buena noticia es que después de bajar el ritmo brevemente empecé a sentirme entero de nuevo y de repente Iker estaba a la vista y si fue por el resto de la carrera. Creo que estaba 8vo antes de alcanzar y pasar a Iker, y creo que los ocho de nosotros estábamos a 5 minutos unos del otro en este punto, en un ascenso lento como este no es más que un cuarto de milla de sendero de trail. Esto es lo divertido, este tipo de ida y vuelta atrás y delante es sin dudas mi parte favorita al competir!

Iker y yo corrimos justos un poco antes de pasarlo, y se sentía bien. Él dijo que se sentía “muerto” y que estaba vacío. Casi lo descarto, pero entonces recordé: “No, este es Iker Karrera, esto va a ser duro”. Casi inmediatamente alcance y pasé a un corredor del WAA que no conocía, y luego a Didrik y a Antoine, y sólo Sondre, Grinius, Johan y Yan estaban delante de mí y podía ver la luz de Grinius.

Por desgracia, la cresta bajaba un poco lo que permitió que Guillon me alcanzara de nuevo antes de volver a alejarme en el siguiente ascenso y entonces, dios santo, ahí estaba Iker volviendo de la muerte, marchando con autoridad otra vez justo cuando el cielo empezaba a aclarar y la bruma calima se hizo presente (hay mucho viento en las crestas, y cuando eso sucede a veces trae consigo polvo/arena del Sahara, una neblina conocida como “calima”).

Después de pasar Lantz que estaba retorciéndose en medio de la carretera (estaba siendo atendido por personal médico), Iker y yo alcanzamos la cumbre de la subida, apagamos nuestras luces y rápidamente empezamos el descenso. Gradual pero inexorablemente. En este punto estaba mayormente limitado por las ampollas en la punta de cada uno de mis pies y un malestar general. Aparte de las ultimas 15 millas (que iban a ser duras, si o si) este descenso a Tejeda fue definitivamente mi punto más bajo en la carrera. Como suele suceder en estas largas carreras, simplemente perdí mi “mojo” por alguna razón, y mientras estaba rellenando mis bidones en el avituallamiento, Didrik me pasó y Antoine llegó justo cuando estaba partiendo.

Tejeda a Pico de Las Nieves (71-85K)

Aceché a Didrik durante gran parte del ascenso a Roque Nublo. Tal vez dos tercios de la subida, finalmente lo pasé, hacerlo me dio una bienvenida inyección de energía (había estado funcionando básicamente a base de gajos de naranja desde Teror), y corrí hasta Roque con mucho optimismo. La rápida salida y volver allí atizaron aún más las cosas al darme cuenta de que ya le sacaba 3 minutos a Didrik (aunque Antoine estaba cerca detrás de mi) y me encontraba a sólo 5 minutos y 2 minutos detrás de Grinius y Sondre, respectivamente.

Para cuando llegamos a Garanon en el 82K, estaba junto a Sondre peleando por el 4to/5to puesto, pero desafortunadamente hice un poco de desastre en la transición de este avituallamiento. Después de rellenar mis bodones, tragar agua, y comer unas naranjas, me sorprendió encontrarme con Iker en la mesa de chequeo de material, y en mi apuro por irme con él (con el abandono de Yan, éramos estábamos en 2do/3ro lugar sólo detrás de Grinius, que ya había partido) me olvide mi tercer bidón de agua con mi equipo. Sólo me di cuenta de esto un par de minutos después de haber salido, sin embargo (maldita sea!), las reglas de la carrera requieren llevar 1.5ltls de capacidad, sabía que tenía que volver a buscar el bidón. Ugh. En el proceso, ambos Sondre y Didrik me volvieron a pasar. Mí acumulado, auto-infringido, tiempo totalmente evitable del día era ciertamente frustrante, pero mi transgresión más costosa aún estaba por venir.

Nieves a Tunte (85-95K)

El ascenso a Las Nieves fu suficientemente empinado pero corto, y después de unos minutos, mis piernas comenzaron a sentirse realmente bien en la bajada a Tunte. Sabiendo que las cosas sólo se iban a poner más calientes, decidí aprovechar y realmente dejarme ir, bailando sobre el empinado terreno técnico y empedrado pronto pasé volando a ambos Sondre e Iker, para mi sorpresa. Me sorprendió aún más que todavía no había alcanzado a Didrik pero rápidamente todo se transformó en incredulidad cuando vi a Antoine acercándose desde atrás y eventualmente pasarme. Yo había estado corriendo el último tramo del sendero realmente más rápido – mucho más rápido de que lo hubiese imaginado en este punto de la carrera- y sin embargo, ahí estaba este pequeño francés pasándome fácilmente con su sonrisa clásica y ese brillo en sus ojos. Maldita sea, tal vez hay algo con esas Hokas! Si nada más, allí seguía habiendo una tonelada de acción en la carrera y cambios en los puestos del top-10 – incluso top-5 –muy entrados en la competencia.

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-Saliendo de Tunte (95k). Foto: Bryon Powell.

Tunte hasta el final

Hacía calor en Tunte, pero yo todavía estaba en la caza y llegando en ~ 11:25 de tiempo total (el mismo que los líderes en el año anterior) todavía tenía la esperanza de que podía hacer esto sustancialmente en sub-15hs, incluso acercarme a 14:30 y asegurar un puesto en el podio. Entre tomar agua, acaparar rodajas de naranjas y meter mi cabeza en un balde de agua, no me di cuenta de que Antoine había partido antes que nosotros, pero Sondre y yo salimos juntos y rápidamente lo volvimos a pasar, incluso antes de llegar al final del pueblo.

Pensé que había hecho el primer 1000´ al salir del pueblo bastante bien, me sentía bien a pesar del calor y la bruma y sólo con 25k por correr. Desafortunadamente, desde la cima de la cresta, todo se deterioró rápidamente. Primero, uno de mis bidones de rompió, desparramando Coca-Cola por todas partes, y después empecé a bajonearme y tambalearme bajo el implacable sol en el árido camino de tierra y rocas.

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– Descendiendo a Arteara (109K) en 4to. Foto: Bryon Powell

El resto de la carrera fue un borroso y creciente malestar. Mis patas ampolladas detestaban absolutamente la empinada y rocosa bajada al avituallamiento de Arteara en el 109K. Y en ese momento había estado sin agua por varios minutos y me sentía bastante castigado. Me rehidrate en el avituallamiento, Sondra volvió a pasarme, pero partí solo 90 segundos más tarde, por lo que estaba seguro de que lo alcanzaría rápidamente. No lograr alcanzarlo fue el primer indicio de que de nuevo estaba fuera de circuito. El otro fue que no había ni una señal o bandera. Fue tan devastador darme cuenta de esto y tener que volver a correr colina arriba – lo único que quería era terminar con esto de una buena vez YA! – pero así es como fueron las cosas. Con mi excursión de 12 minutos estaba ahora en un sólido 5to puesto y simplemente arrastrando los pies por el camino en lo que parecían ser días enteros, absolutamente cocinado al sol.

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– Saliendo de Arteara, comenzando las 12mi de la ruta-de-la-muerte hacia el final. Foto: Bryon Powell.

Un puñado de corredores me pasaron con autoridad en esta sección del camino plano y polvoriento, así que para cuando llegamos al horroroso último tramo del seco, canal de rio de concreto y piedras yo estaba bastante seguro de que ya no estaba en el top 10 (resulta que cada uno de esos corredores que me paso eran, en realidad, competidores de otra carrera más corta). El paso final, sin embargo, llego a 1km de la meta, justo cuando nos dirigieron a una sección de cuarto de milla de arena suelta (bastante frustrante y ridículo en el momento) donde las Hokas de Cyril Cointre que le otorgaban una ayuda tangible me pasaron. Es cierto, casi que ni me importaba en el momento, ya que pensaba que me habían pasado una media docena de corredores. Los organizadores de la carrera habían inventado un rompecabezas de 2-3km extra en comparación a la línea de meta del año anterior (esto hace que el record de Grinius sea más impresionante, sin olvidar que él también se perdió por varios minutos) girando junto a la playa y volviendo al laberinto de hoteles y centros de conferencias. Junto con mis propios 20-25 minutos extra de las veces que me perdí, fácilmente habré hecho 130k durante el día. Finalmente, había terminado.

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El post-carrera fue bastante duro para mí. El calor definitivamente me había afectado – estuve con nauseas durante la mayor parte del día – y mi apetito fue frustrantemente suprimido hasta el martes más o menos después de la carrera. En general, sin embargo, fue una experiencia muy positiva y estoy muy agradecido de que mi espinilla parece haber cooperado sin repercusiones persistentes (crucemos los dedos) y de que pude dar vuelta las cosas en tiempo justo para hacer este viaje posible. Dada mi no-ideal y no-convencional preparación, pienso que es un inesperado y prometedor comienzo de temporada.

 

Anton Krupicka es uno de los mejores ultramaratonistas de los Estados Unidos y del mundo entero desde hace mas de una decada, patrocinado por grandes marcas como New Balance o The North Face, este gran atleta sigue disfrutando de lo que más ama, correr en la montaña. Sigue sus pasos a través de su web: antonkrupicka.com/blog/

 

Relato original de Ultimate direction blog en el siguiente link:

http://blog.ultimatedirection.com/transgrancanaria-125k-2015/#more-1959

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