
Sri Chinmoy y la madre de todas las locuras.
Por: Pablo Casal Sri Chinmoy llegó a Nueva York en 1964, enseño meditación y un estilo de vida de transformación personal en la que el atletismo tenía gran peso. Atrajo a miles de seguidores, entre los que se encontraban Carlos Santana y Carl Lewis, fundo un centro en Queens. Les pedía a sus seguidores que practicaran el celibato y el vegetarianismo y que se abstuvieran del consumo de drogas, alcohol y tabaco. Sri Chinmoy corriendo un ultramaraton. Sri Chinmoy y Emil Zatopek. Sri Chinmoy y Carl Lewis. Sri Chinmoy y el más grande Yiannis Kouros La filosofía de Sri Chinmoy se basaba en su creencia de que los deportes, en este caso el atletismo de larga distancia y la espiritualidad iban de la mano. En sus carreras intentaba crear una atmosfera para que todos pudieran practicar su filosofía de self-transcendence (auto-trascendencia) en donde cada corredor podía experimentar la satisfacción que llega al exceder sus propias capacidades. La auto-transcendencia nos da alegría en cantidades ilimitadas. Cuando sobrepasamos nuestros límites, no lo hacemos compitiendo contra otros. Nosotros no competimos contra el resto del mundo, pero en todo momento competimos contra nosotros mismos.